Las mordidas de perros pitbull suelen generar preocupación inmediata. Estos perros han sido asociados históricamente con agresividad y ataques graves, lo que ha llevado a varias ciudades en Estados Unidos a imponer restricciones o prohibiciones sobre su tenencia.
Es importante aclarar que no se trata de una raza oficial, sino una clasificación común para razas como el American Pit Bull Terrier, el American Staffordshire Terrier, el Staffordshire Bull Terrier y el American Bully, entre otros. Cada uno de estos perros, como cualquier otro, responde a factores específicos de crianza, socialización y entorno.
El debate sobre los pitbull va más allá de su apariencia. Aunque es cierto que su complexión física puede causar lesiones severas, no todos los pitbull son peligrosos.
Existen muchos mitos sobre su comportamiento, alimentados por casos de peleas ilegales y la falta de socialización. Aun así, cuando ocurre un ataque, las consecuencias pueden ser médicas, emocionales y legales. En particular, para las personas migrantes, estos incidentes pueden resultar abrumadores por el miedo a no saber cómo actuar legalmente tras una mordedura.
Si usted o un ser querido ha sido herido por uno de estos perros, en Abogados de Accidentes Whitley podemos ayudarle a ejercer sus derechos y buscar la compensación que merece, sin importar su estatus migratorio.
Las víctimas de mordidas de pitbull suelen generar una reacción inmediata de alarma social, que refuerza una percepción de peligro hacia ellos. Se trata de un temor que se ha construido durante décadas a partir de prácticas violentas, titulares sensacionalistas y casos reales de agresión:
Ejemplos recientes, como la acusación de Leshon Johnson por organizar peleas de perros, demuestran que esta problemática sigue presente. En octubre de 2024, las autoridades federales llevaron a cabo una operación en Broken Arrow, Oklahoma, donde incautaron 190 perros pitbull en una propiedad del exjugador de la NFL.
La incautación representa la mayor cantidad de perros confiscados a una sola persona en un caso federal de peleas de perros en la historia de Estados Unidos. Johnson fue acusado de operar una red de cría, entrenamiento y tráfico de perros para peleas clandestinas.
El término pitbull por sí mismo suele asociarse con fuerza descontrolada, agresividad e incluso violencia, especialmente cuando se reportan incidentes graves.
Los ataques de pitbull a personas han alimentado durante años un imaginario colectivo de temor y rechazo hacia estos perros. Lo peligroso de generalizarlos radica en dañar su reputación y llevar a decisiones legales y sociales erróneas.
Muchas de las ideas sobre ellos se basan en información imprecisa o mitificada, lo que dificulta un entendimiento justo y equilibrado.
A continuación abordaremos algunos de los mitos más extendidos sobre los pitbull, junto con las realidades documentadas, para ofrecer una perspectiva basada en datos y no sólo en el miedo:
Sufrir una mordedura grave de pitbull puede ser una experiencia dolorosa y aterradora. Además del impacto físico, puede generar estrés, gastos médicos y consecuencias legales complejas. Por eso, es muy importante saber cómo actuar de inmediato para proteger tanto su salud como sus derechos legales:
En Carolina del Norte, existe la regla de una mordida (One-Bite Rule). Esta norma indica que el dueño de un perro puede ser considerado responsable si sabía, o debió saber, que su mascota tenía tendencia a morder o a actuar de forma agresiva.
Si el perro ya había atacado antes, o había mostrado señales de peligro, el dueño puede ser considerado negligente. Para que su caso avance de la mejor manera posible, acérquese con alguna firma legal que tenga experiencia sólida en la representación de víctimas de este tipo de ataques.
Las mordidas de perros pitbull pueden generar lesiones de moderadas a graves. Por ello, es clave recibir atención médica y considerar orientación legal especializada para valorar posibles acciones.
Las heridas implican daño físico inmediato, consecuencias médicas y emocionales a largo plazo. Aquí le compartimos algunas de las lesiones más comunes causadas por estos ataques:
En Carolina del Norte, las víctimas de mordidas de perro pueden presentar una demanda civil si logran demostrar que el dueño del animal actuó con negligencia o incumplió las obligaciones que establece la ley. Aunque el estado aplica la regla de una mordida, esta no es absoluta.
Según la norma, el propietario sólo será responsable si sabía, o razonablemente debía saber, que su perro representaba un peligro por haber mordido antes o mostrar comportamiento agresivo. Sin embargo, existen disposiciones de responsabilidad objetiva que pueden aplicarse incluso si se trata del primer ataque.
Por ejemplo, si el dueño del perro permitió que el animal estuviera suelto en un lugar público, y con ello violara las normas locales sobre el control de mascotas, puede ser considerado automáticamente responsable, independientemente del historial del perro. Esta excepción protege a las víctimas en casos donde no se cuenta con antecedentes documentados.
Las compensaciones por este tipo de demandas pueden incluir el reembolso de todos los gastos médicos necesarios, pasados y futuros, así como costos de cirugía, rehabilitación, medicamentos y atención psicológica. Además, la víctima puede reclamar por el dolor físico, el sufrimiento emocional, la pérdida de ingresos durante el periodo de recuperación, y la reducción en su capacidad para trabajar.
En situaciones graves, como cuando hay desfiguración o cicatrices permanentes, también es posible obtener compensaciones adicionales por daños estéticos y afectaciones a largo plazo.
No subestime lo que puede reclamar frente a las mordidas de perros pitbull. Recuerde que para obtener resultados favorables, lo mejor es contactar con un equipo legal experimentado, que ofrezca atención accesible, especialmente si la víctima no habla inglés o no cuenta con estatus migratorio regular.
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