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¿Las mordidas de perros pitbull son tan peligrosas como dicen?

Las mordidas de perros pitbull suelen generar preocupación inmediata. Estos perros han sido asociados históricamente con agresividad y ataques graves, lo que ha llevado a varias ciudades en Estados Unidos a imponer restricciones o prohibiciones sobre su tenencia.

Es importante aclarar que no se trata de una raza oficial, sino una clasificación común para razas como el American Pit Bull Terrier, el American Staffordshire Terrier, el Staffordshire Bull Terrier y el American Bully, entre otros. Cada uno de estos perros, como cualquier otro, responde a factores específicos de crianza, socialización y entorno.

El debate sobre los pitbull va más allá de su apariencia. Aunque es cierto que su complexión física puede causar lesiones severas, no todos los pitbull son peligrosos.

Existen muchos mitos sobre su comportamiento, alimentados por casos de peleas ilegales y la falta de socialización. Aun así, cuando ocurre un ataque, las consecuencias pueden ser médicas, emocionales y legales. En particular, para las personas migrantes, estos incidentes pueden resultar abrumadores por el miedo a no saber cómo actuar legalmente tras una mordedura.

Si usted o un ser querido ha sido herido por uno de estos perros, en Abogados de Accidentes Whitley podemos ayudarle a ejercer sus derechos y buscar la compensación que merece, sin importar su estatus migratorio.

El temor a los ataques de perros pitbull

Las víctimas de mordidas de pitbull suelen generar una reacción inmediata de alarma social, que refuerza una percepción de peligro hacia ellos. Se trata de un temor que se ha construido durante décadas a partir de prácticas violentas, titulares sensacionalistas y casos reales de agresión:

  • El origen del pitbull se remonta al siglo XIX, cuando en el Reino Unido se cruzaron bulldogs con terriers para crear perros fuertes y resistentes.
  • Su fuerza los hizo aptos para cazar animales grandes, pero más tarde comenzaron a usarse en peleas clandestinas.
  • Los medios de comunicación han dado amplia cobertura a ataques de pitbull, con titulares alarmantes. La narrativa ganó fuerza en los años ochenta, cuando los casos aislados comenzaron a recibir gran atención pública.
  • El uso de pitbull por parte de pandillas y grupos delictivos como símbolo de poder y violencia, agravó aún más su reputación. Muchos de estos perros fueron maltratados y entrenados para atacar.

Ejemplos recientes, como la acusación de Leshon Johnson por organizar peleas de perros, demuestran que esta problemática sigue presente. En octubre de 2024, las autoridades federales llevaron a cabo una operación en Broken Arrow, Oklahoma, donde incautaron 190 perros pitbull en una propiedad del exjugador de la NFL.

La incautación representa la mayor cantidad de perros confiscados a una sola persona en un caso federal de peleas de perros en la historia de Estados Unidos. Johnson fue acusado de operar una red de cría, entrenamiento y tráfico de perros para peleas clandestinas.

Accidentes con perros pitbull: mitos y realidades

El término pitbull por sí mismo suele asociarse con fuerza descontrolada, agresividad e incluso violencia, especialmente cuando se reportan incidentes graves.

Los ataques de pitbull a personas han alimentado durante años un imaginario colectivo de temor y rechazo hacia estos perros. Lo peligroso de generalizarlos radica en dañar su reputación y llevar a decisiones legales y sociales erróneas.

Muchas de las ideas sobre ellos se basan en información imprecisa o mitificada, lo que dificulta un entendimiento justo y equilibrado.

A continuación abordaremos algunos de los mitos más extendidos sobre los pitbull, junto con las realidades documentadas, para ofrecer una perspectiva basada en datos y no sólo en el miedo:

  1. “Las mandíbulas de los pitbull se bloquean en las mordidas”
    Realidad: no existe evidencia anatómica que respalde este mito. Ninguna raza de perro posee un mecanismo fisiológico que permita bloquear su mandíbula.
    Estudios veterinarios han demostrado que la mandíbula de un pitbull funciona igual que la de cualquier otro perro. La fuerza de su mordida puede ser significativa, pero no tiene una estructura que impida soltar.
  2. “Les gusta morder”
    Realidad: las mordidas dependen de aspectos como el historial individual del perro, el nivel de socialización, su salud y las circunstancias específicas del incidente.
    La Asociación Médica Veterinaria Estadounidense afirma que no hay evidencia concluyente de que los pitbull sean más propensos a morder. De hecho, perros de razas pequeñas, como los chihuahuas, también presentan comportamientos defensivos, aunque sus ataques son menos dañinos debido a su tamaño.
  3. “Los pitbull son agresivos”
    Realidad: la agresividad no está determinada por la genética de una raza, sino por múltiples factores del entorno. El mito de su agresividad proviene, en parte, de su uso histórico en peleas de perros y de reportes mediáticos sensacionalistas.
    Según la Sociedad Americana de Pruebas de Temperamento, los perros tipo pitbull han obtenido calificaciones favorables en pruebas de comportamiento, por encima de otras razas consideradas más seguras.
  4. “Son difíciles de entrenar”
    Realidad: Como cualquier otro perro, los pitbull necesitan atención, estimulación mental y entrenamiento positivo. Son inteligentes y receptivos al aprendizaje cuando se usa un enfoque adecuado.
    En refugios y centros de adopción, muchos pitbull son entrenados con éxito para convivir con personas, pasear con correa e incluso asistir en terapias emocionales. Esto demuestra su capacidad de adaptación y aprendizaje.
  5. “Un pitbull es más peligroso que otras razas”
    Realidad: si bien pueden causar daños severos debido a su fuerza física, no hay pruebas científicas que indiquen que los pitbull sean más peligrosos que otras razas grandes.
    Por ejemplo, en muchos reportes donde un pitbull muerde a un niño, se omite información clave como el trato previo al perro, la supervisión de los adultos y el entorno del ataque. Estos factores son cruciales para comprender la raíz del incidente.

Qué hacer si lo muerde un pitbull

Sufrir una mordedura grave de pitbull puede ser una experiencia dolorosa y aterradora. Además del impacto físico, puede generar estrés, gastos médicos y consecuencias legales complejas. Por eso, es muy importante saber cómo actuar de inmediato para proteger tanto su salud como sus derechos legales:

  1. Aléjese y busque un lugar seguro
    Evite nuevos ataques. Aléjese del área y colóquese en un sitio donde pueda evaluar sus heridas sin exponerse a más riesgos.
  2. Limpie la herida
    Lave la zona afectada con agua y jabón suave. Aunque este paso es importante, no sustituye una evaluación médica profesional.
  3. Busque atención médica
    Aunque la herida parezca leve, acuda a urgencias o a un centro de salud. Algunas lesiones internas no son visibles de inmediato y pueden agravarse si no se tratan a tiempo. Solicite un informe médico detallado.
  4. Identifique al dueño del perro
    Procure obtener el nombre, la dirección y un número de contacto del propietario. Pregunte si el animal cuenta con su esquema de vacunación al día, en especial contra la rabia.
  5. Consulte a un abogado especializado
    Si usted ha sufrido lesiones, pérdidas económicas o afectaciones emocionales, un abogado con experiencia en casos de mordeduras de perro puede orientarle para reclamar una compensación justa.
  6. Documente todo lo relacionado con el ataque
    Tome fotografías de sus heridas, del lugar del incidente, de la ropa dañada y de cualquier otro daño físico o material. Esta documentación puede ser clave como evidencia.
  7. Reporte el incidente a las autoridades locales
    Notifique al departamento de control animal o a la autoridad de salud pública correspondiente. Ellos investigarán si el perro tiene antecedentes y tomarán medidas para prevenir nuevos ataques.

En Carolina del Norte, existe la regla de una mordida (One-Bite Rule). Esta norma indica que el dueño de un perro puede ser considerado responsable si sabía, o debió saber, que su mascota tenía tendencia a morder o a actuar de forma agresiva.

Si el perro ya había atacado antes, o había mostrado señales de peligro, el dueño puede ser considerado negligente. Para que su caso avance de la mejor manera posible, acérquese con alguna firma legal que tenga experiencia sólida en la representación de víctimas de este tipo de ataques.

Lesiones por mordidas de pitbull

Las mordidas de perros pitbull pueden generar lesiones de moderadas a graves. Por ello, es clave recibir atención médica y considerar orientación legal especializada para valorar posibles acciones.

Las heridas implican daño físico inmediato, consecuencias médicas y emocionales a largo plazo. Aquí le compartimos algunas de las lesiones más comunes causadas por estos ataques:

  • Cortes y laceraciones: las mordidas suelen provocar heridas abiertas que van desde rasguños superficiales hasta laceraciones extensas que afectan músculos, tendones o incluso vasos sanguíneos.
  • Daños musculares: en muchos casos, el movimiento violento del ataque desgarra tejidos internos, lo que puede afectar seriamente la movilidad de la zona afectada.
  • Fracturas: las mordidas pueden romper huesos, sobre todo en manos, brazos o piernas, lo que requiere atención ortopédica especializada.
  • Hematomas y contusiones: la presión ejercida durante el ataque puede causar acumulación de sangre bajo la piel y provocar moretones dolorosos y visibles.
  • Infecciones: las bacterias presentes en la boca del perro pueden ingresar por la herida y ocasionar infecciones graves como las causadas por pasteurella, estafilococo o estreptococo. Estas deben tratarse de inmediato para evitar complicaciones.
  • Lesiones nerviosas: cuando los nervios cercanos a la herida son dañados, puede haber pérdida de sensibilidad, debilidad o parálisis en la zona.
  • Lesiones faciales: una lesión por mordidas de pitbull en la cara puede causar cicatrices visibles, daño a órganos sensibles como ojos y labios, y requerir cirugía reconstructiva.
  • Pérdida de tejido: algunos ataques provocan pérdida de piel o músculo, lo que puede dejar cicatrices permanentes o requerir injertos.

Demandas por mordidas de pitbull

En Carolina del Norte, las víctimas de mordidas de perro pueden presentar una demanda civil si logran demostrar que el dueño del animal actuó con negligencia o incumplió las obligaciones que establece la ley. Aunque el estado aplica la regla de una mordida, esta no es absoluta.

Según la norma, el propietario sólo será responsable si sabía, o razonablemente debía saber, que su perro representaba un peligro por haber mordido antes o mostrar comportamiento agresivo. Sin embargo, existen disposiciones de responsabilidad objetiva que pueden aplicarse incluso si se trata del primer ataque.

Por ejemplo, si el dueño del perro permitió que el animal estuviera suelto en un lugar público, y con ello violara las normas locales sobre el control de mascotas, puede ser considerado automáticamente responsable, independientemente del historial del perro. Esta excepción protege a las víctimas en casos donde no se cuenta con antecedentes documentados.

Las compensaciones por este tipo de demandas pueden incluir el reembolso de todos los gastos médicos necesarios, pasados y futuros, así como costos de cirugía, rehabilitación, medicamentos y atención psicológica. Además, la víctima puede reclamar por el dolor físico, el sufrimiento emocional, la pérdida de ingresos durante el periodo de recuperación, y la reducción en su capacidad para trabajar.

En situaciones graves, como cuando hay desfiguración o cicatrices permanentes, también es posible obtener compensaciones adicionales por daños estéticos y afectaciones a largo plazo.

No subestime lo que puede reclamar frente a las mordidas de perros pitbull. Recuerde que para obtener resultados favorables, lo mejor es contactar con un equipo legal experimentado, que ofrezca atención accesible, especialmente si la víctima no habla inglés o no cuenta con estatus migratorio regular.

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